jueves, 4 de octubre de 2007

Adiós (Gijón, agosto de 1996)

Muchas cosas cambiaban aquel año para mí. Era el final de mi etapa universitaria, el final de mi vida dentro del camino marcado por los usos educativos de este país. Era un momento en el que estaba diciendo adiós a a todo un mundo y, como suele ocurrir en estos casos, todo sucedió demasiado deprisa, atropellado por la llegada del futuro. Así que ese verano, estando de vacaciones en Gijón, mientras mis amigos dormían la siesta, comencé a escribir este relato.

Un inmenso adiós. Porque cuando sabes que nunca volverás a ver a alguien, nada puede evitar una despedida.

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