jueves, 4 de octubre de 2007

Las marcas (Madrid, junio de 2003)

Mi lectora favorita, una vez hubo leído este relato, me dijo que yo no tenía remedio, que hasta cuando intentaba hablar de perversiones, me salía algo romántico. A mí me gusta pensar que no es ni una cosa ni la otra, aunque tenga dosis de ambas. La perversión, aparente protagonista, no es en realidad más que un escenario, un entorno en el que situar todo lo demás. Por lo tanto, a la postre, no se trata, como pretendí al comenzar a escribirlo, de un relato de perversiones, eso es absolutamente cierto, sino un relato que utiliza la perversión como excusa. Aunque, eso sí, espero haberle sacado buen partido a las enormes posibilidades narrativas que ofrece, en potencia, tan escabroso tema... (Nota: de nuevo, y ahora con más razón si cabe, conviene abstenerse de colgar aquí el relato, por los mismos motivos que en el poema anterior. Como en aquel caso, el que quiera leerlo no tiene más que pedírmelo a mi dirección de correo electrónico: rueda@it.uc3m.es)

Para unos el pasado es el instante que acabó con todo lo demás. Para otros el presente es un orden inmutable. Para todos... para todos los días son tan difíciles...

No hay comentarios: