Qué mala cosa que te invadan la intimidad. Peor, qué mala cosa que exista la posibilidad de que alguien pueda invadirla. Qué desconcertante. Debería poder cerrar esa persiana...
jueves, 4 de octubre de 2007
La persiana (Madrid, octubre de 2002)
Al igual que el anterior, éste es uno de esos relatos que uno no sabe bien si llegan a serlo o se quedan por el camino, en algún punto difuso entre la narración completa y el simple ejercicio por capricho. Aunque sospecho que en esta ocasión se trata de un texto más cercano a lo primero que a lo segundo. Al menos más cercano que el anterior. Releyéndolo, me parece incluso ver un pequeño fondo detrás de la apariencia sencilla e inocente. Como si la historia se sintiese incómoda aceptando una condición de simple ejercicio, y se forzase por demostrarme que tiene entidad propia. Sea como sea, me ha gustado releerlo. Así las cosas... ¿para qué seguir elucubrando? :-)
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