Matar es fácil. Terriblemente fácil. Un gesto. Un pequeño movimiento. Pura mecánica. Pero para conseguirlo hay que negar la propia mente. Algo muy difícil. Afortunadamente.
jueves, 4 de octubre de 2007
Las preguntas (Madrid, diciembre de 2002)
Hacía mucho tiempo que andaba detrás de escribir un relato que hablase de lo sencillo que puede resultar matar cuando se anula la razón, cuando se eliminan las dudas. De hecho, tenía medio escrito algo al respecto, aparcado en una carpeta desde muchos meses atrás. Estaba atascadísimo. La historia se empantanaba sin llegar a ninguna parte. Entonces leí el reportaje sobre Andaleeh Takatka, una muchacha palestina kamikaze. Esa era la historia que necesitaba para contar lo que mi relato hasta entonces no había podido.
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