lunes, 8 de octubre de 2007

Aurora innoble (Madrid, octubre de 2003)

Este pequeño cuento lo inspiró una fotografía. No se trataba de una fotografía relacionada conmigo, siquiera. Era tan sólo un recorte de periódico, una pequeña imagen en blanco y negro, que igual podía ser un fragmento de un cuadro o una reproducción de una fotografía antigua. Probablemente era esto último. Era el retrato de una mujer, una mujer de expresión dulce rodeada por la neblina típica que pone en tiempo en las fotos antiguas. Me parecío que sus ojos y su cabeza ladada se despedían .

Hay cosas que sólo son presente. Que nunca comenzaron y nunca terminarán, y aún así duran sólo un instante. Para ellas no existe el orden natural de las cosas.

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