jueves, 4 de octubre de 2007

ROOMS (Playa de Langre, Cantabria, agosto de 2003)

Camino de Santander con unas amigas, donde íbamos a asistir a un curso impartido por Lobo Antùnez, pasamos con el coche por decenas de pueblecitos y aldeas de montaña. En una de ellas, en el cartel de un hostal, aparecía la palabra "ROOMS" en letras rojas, junto a los más típicos "Productos de la tierra", "Comida casera", etc. Me pareció llamativo, no sé. Supuse que detrás de aquello había una historia. Una historia que podía inventarme, quiero decir. Así que una semana después, cuando, en la playa al atardecer, una de mis amigas me propuso escribir cada uno un relato en una hora, a ver qué salía, como colofón a una semana tan literaria, yo jugaba con ventaja: la historia que escribí llevaba ya días dando vueltas por mi cabeza...

¿Y si el sueño finalmente se presenta? ¿Y si lo que anhelamos, nuestro deseo, se materializa ante nosotros, y sólo tenemos que alargar la mano para cogerlo? ¿Qué haremos entonces?

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